LYSEBOTN - STAVANGER

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Septimo día de ruta. Vamos hacia Lysebotn e intentar coger el ferrry que nos permita ver el Preikestolen desde abajo, en ferry y por el fiordo. En la tarde de ayer estuvimos intentando sacar billetes para el ferry, pero fuimos incapaces. Tenemos la esperanza que al llegar podamos sacar alli los billetes. Si lo conseguimos, nos acercaremos hacia Stavanger, que es el final de la etapa de hoy. Durante el trayecto vemos un establecimiento que pone "Cafe". Paramos para desayunar, pero la señora que habia dentro nos indica que hasta las 10 no se abre. Aún faltan casi 2 horas. Nos quedamos fuera en unas mesas revisando la ruta y de repente, la señora sale con 3 cafes, leche, y unos trozos de tarta. No quiso cobrarnos nada. Sigue habiendo gente encantadora.

Antes de comenzar la estupenda bajada, de un 10% de pendiente, paramos en un punto para ver las vistas. Ahi conocemos a un motero holandés, con el que entablamos una conversacion amigable. Al final nos viene a decir que ha sido capaz de convencer a su esposa para que le deje hacer la ruta, pero en no más de 2 semanas. Luego nos lo encontraremos en el Preikestolen, nosotros empezando y el terminando, por lo que supimos que seria capaz de hacerlo hasta en una semana. Que bicho!!! Cuando llegamos al embarcadero y queremos comprar los billetes, nos avisan que no hay posibilidad, estan vendidos todos., por lo que nos toca deshacer la carretera hasta un punto donde cogemos ruta hacía Stavanger. No nos importa volver por el mismo camino, las vistas merecen la pena volver a verlas. Cuando llegamos a Stavanger comienzan nuestros problemas de encontrar la vivienda reservada. No entendemos porque razon en la dirección nos indican calle y numero de vivienda, pero en las viviendas no ponen el número. Intentamos con el código indicado en la casa que creemos parece ser y..., nada de nada. Pasamos a otra vivienda y...., sorpresa, se abre la puerta, entramos y de repente viene por el pasillo una señora, que aunque un poco asustada al vernos dentro de su casa, supo entender la situación. Fué muy amable y nos puso en contacto con el propietario, y finalmente conseguimos entrar en la casa correcta. Despues de ducharnos y vestirnos decidimos ir en autobus al centro a tomar unas cervezas y cenar.