KINSARVIK - BERGEN

Habíamos dormido en Harand, una poblacion muy próxima a Kinsarvik. Estabamos en la casa de invitados en una granja agricola y ganadera. En el cobertizo estaba el tractor y aperos para varias tareas. Estamos en el decimo día de ruta. La carretera estaba plagada de curvas, y tras cada curva un paisaje de ensueño. La ruta era muy corta, por lo que contactamos con el que nos alquiló la vivienda para intentar entrar antes. A la una del medio dia ya estabamos frente a la puerta de la casa esperando. Teníamos los códigos de acceso y entramos. El espectáculo fue dantesco. La casa estaba llena de porquería de los anteriores inquilinos. Tuvimos que esperar cerca de 2 horas a que llegaran el equipo de limpieza y saneara la vivienda. En la espera vivimos situaciones que en España hubieran acabado, posiblemente, en altercado. La calle era de doble sentido, pero al haber vehiculos aparcados en uno de los laterales, era imposible que cupieran 2 coches, pero el respeto y la cordialidad en la circulacion hacía que no hubiera ningun problema, hasta que de repente llega una señora en un coche y ni corta ni perezosa lo deja en mitad de la calle. Al momento llega un señor en su coche y en el otro sentido al estacionado en medio de la calle. El señor no se impaciento durante cerca de 15 minutos, pasados los cuales, dió marcha atrás y se fué por otro lado. En ningún momento hubo claxon, ni voces, ni gritos ni personal furioso. El señor estaba preocupado de lo que pudiera haberle ocurrido al conductor para tener que dejarlo así. Finalmente nos permitieron el paso, ducha rápida y visita por la ciudad y a comer en el mercado del pescado.